
El mes de febrero trajo consigo la vivencia de la Misión Parroquial y también la fiesta de Nuestra Señora de Lourde que este año, como el anterior, fue de una gran particpación de devotos. Fuimos bendecidos con el agua de la fuente milagrosa de Lourdes y nuestro Párroco nos bendijo con ella, además de orar por cada persona que lo quiso, repitiendo un gesto muy apreciado en el Noroeste argentino: hacerse "pisar" por la Virgen. Imponer la imagen de Nuestra Señora sobre la cabeza de los fieles a modo de significar el ponerse bajo el amparo de María.
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