"Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor."
algo que se prolonga hasta el final de la historia, signo de nuestro misterioso
renacer a la vida divina; y este nacimiento nos hace hombres nuevos, que
debemos sentir, pensar, amar y obrar de manera nueva. Dios, viene hasta
nosotros, pequeño y en un pesebre, para que comprendamos que, en la
pequeñez, está el camino y la puerta para llegar y encontrarse
con Él.
con gran gozo, durante la homilía, nuestro párroco nos anima a dejar nacer a
Jesús en nuestras vidas, a pesar de nuestra fragilidad, de nuestra pobreza de
corazón. Porque Jesús no elige nacer en el lujo y esplendor, sino en un lugar
pobre y pequeño, para llenarlo con su presencia, porque Él es la Luz que
viene a iluminar nuestra vida frágil y llenarla con su Vida Divina.
“No teman, nuestro Padre tiene paciencia con nosotros, nos
ama, nos da a Jesús como guía en el camino a la tierra prometida.
Él es la luz
que disipa las tinieblas. Él es nuestra paz”.
(Papa Francisco, Misa de Gallo)
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