lunes, 16 de abril de 2012

FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN




Cuenta una hermosa leyenda que Tomás fue a predicar el evangelio a la India. Y un rey le dio dinero para que le edificara un palacio. Pero Tomás distribuía el dinero entre los pobres y les anunciaba la muerte y resurrección de Jesús. Y muchos se hicieron cristianos.


"¿Cómo va mi palacio?", le preguntaba el rey. "Va muy bien" y el rey le daba más dinero. Al cabo de un tiempo, la ciudad toda era ya cristiana. Un día el rey le dijo a Tomás: "¿Cuándo podré ver mi palacio?" "Majestad, pronto lo verá terminado", le contestó.


"¿Por qué no puedo verlo hoy? Llévame a verlo ahora mismo", le dijo el rey.




Tomás paseó al rey Vecius por la ciudad y le señalaba a la gente y le explicaba cómo sus vidas habían cambiado para bien.


--¿Dónde está mi palacio?, preguntaba el rey.


--Está a su alrededor y es un hermoso palacio. Qué pena que no pueda verlo. Espero pueda verlo un día, le decía Tomás.


--¿Qué has hecho con mi dinero, ladrón?


--Tu palacio está hecho de personas, tu palacio es tu gente. Ya no son pobres y ahora creen en Jesús. Tus gentes son las torres de tu palacio. Dios vive en ellos. Tu palacio es un magnífico palacio.








miembros vivos






Tomás fue encarcelado. Pero el rey vio poco a poco el cambio de la gente y cómo por el poder de la resurrección de Jesús, éste vivía en el corazón de las gentes. El último en convertirse fue el rey y éste liberó a Tomás. Y su palacio no fue una obra de piedras sino de corazones vivos y creyentes.


Aún sin haber visto al Resucitado, al contrario que Tomás, creemos en el prodigio de la Resurrección. Para que algunos descubran el costado abierto de Cristo en medio del mundo. Para que otros incrédulos puedan meter sus dedos en los agujeros de las manos del Señor, qué bueno sería que pensáramos que nosotros somos las señales, los agujeros o los pies del mismo Jesús.


Para ello hemos de creer con todas las consecuencias en aquello que la Pascua nos ha brindado: ¡Cristo es la Salvación!


¿Tocamos de lleno su Gracia? ¿Disipamos las dudas que intentan disuadirnos del camino que hemos emprendido de la fe?


¿Rozamos, con nuestro corazón, los sentimientos de Cristo? ¿Hacia dónde se inclinan nuestros pensamientos y deseos?




Que la pascua del Señor, que sigue anunciando y trayéndonos vida en abundancia, nos ayude a insertarnos de lleno en la persona de Jesús. A llevar, en este octavo día y siempre, la Buena Noticia de que está vivo y presente entre nosotros.


No hay otro Camino! solo tu Gloriosa Resurreccion! porque me he equivocado? tropece una otra vez y nunca vi tu Luz! Glorioso Senor! Que disipas toda oscuridad y temor. Levantame! Seguire tus huellas de Divinidad que encienden el corazon en amor y fraterndad, hoy, manana y siempre. Resucita en mi! Jesus! AMEN!

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