lunes, 27 de abril de 2009

SEMANA SANTA Y VIGILIA PASCUAL

Para llegar a la Pascua hay un largo camino que iniciamos el Miércoles de Ceniza, el 25 de Febrero. Durante la Cuaresma Dios mismo nos animaba a llegar a la Semana Santa.
Al reevivir la Pasión de Nuestro Señor, afirmamos, por medio de la fe, que Jesús es el Hijo de Dios y muere en la Cruz para salvarnos. Con su muerte nos da la vida, con su muerte nos abre las puertas del Cielo, con su muerte nos hace dignos de la Gloria de su Padre.
En nuestra parroquia se realizó una intensa Semana Santa, donde hubo largos momentos de Adoración a Jesús Sacramentado, retiros espirituales, meditaciones, acercamiento a una reconciliación con el Señor por medio del Sacramento de la Penitencia, y las celebraciones presidida por nuestro párroco el Padre Joaquín, propias de cada día. Esto nos ayudó a esperar a Jesús con un corazón arrepentido por nuestras faltas y dispuestos a vivir como verdaderos hijos de Dios y de su Iglesia.
La celebración de la Vigilia Pascual, en la Noche Santa, que brilla más que ninguna otra noche del año, llenó los corazones de todos con el gozo y la paz de la Resurrección de Nuestro Señor en cada uno de los detalles, gestos y ritos de la Vigilia Pascual. La celebración orientada hacia Dios, nos invitaba visualmente a orientar nuestras vidas hacia el Señor de la Vida, hacia Aquel de quien procede todo.
Un buen número de fieles colaboraron en la organización de esta celebración y al acabar muchas personas comentaban emocionados la belleza y solemnidad de la celebración, cada celebración litúrgica es un destello del cielo, un anticipo misterioso de eternidad.
Pidamos a Dios Nuestro Señor que conserve en nuestros corazones las gracias y dones con que nos ha beneficiado en esta noche santa a lo largo del tiempo pascual que ahora comenzamos, para que la vivencia en nuestra vida de la resurrección del Señor produzca en nuestras almas frutos de vida eterna.

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