Llena de signos, nuestra Semana Santa fue precedida por un Via Crucis el viernes anterior al Domingo de Ramos. Pudimos dar testimonio del Señor. Humildemente, pero fuertemente, porque cuando un cristiano muestra su fe públicamente, crece la conciencia de los bautizados que se han alejado por algún motivo de la fe. Así, meditando la Pasión del Señor, fuimos sus testigos por las calles de la Parroquia
El Domingo de Ramos vivimos el momento inicial. Las misas de ese día estuvieron colmadas de fieles. Nos gustó mucho que los niños participaran intensamente. El Evangelio nos dice que fueron los niños quienes gritaban "¡Hosanna al Hijo de David"! ¡Qué entrañable momento para la Comunidad que revive la Pasión del Señor! Cuántos de nosotros revivimos cada año nuestra infancia con este gesto conmovedor que nos convoca.
Los días del Triduo Pascual tuvieron el sabor del amor vivido al máximo. Introduciéndonos en esa dinámica del amor que salva, la Liturgia con el relato de la Cena según San Juan nos conmovió diciéndonos "Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo". Pudimos tener dos celebraciones ese día. Para los niños, previa preparación meditando el sentido del servicio que nos enseñó Jesús y preparando una oración de acción de gracias porque quiso quedarse con nosotros en la Eucaristía.El Viernes Santo nos llevó a meditar el imponente momento de la muerte del Señor. ¿Qué decir de ella? Si en algo se unió el Señor a nuestra vida, hay que decir que lo hizo de manera más patente en la muerte. Nada más propio de lo humano como su dolor. Pero también, para el cristiano, nada más propio que ese deseo intenso de vida y rechazo de la muerte que en Cristo significó solidaridad (con su muerte) y victoria (con su resurrección).
El mismo Viernes Santo por la mañana, los chicos hicieron, acompañados por los animadores de catequesis, un Via Crucis en bicicleta. Recorrieron 5 km por toda la jurisdicción parroquial. Se sumaron una gran cantidad de chicos y varios papás que también los acompañaron. Gracias a la Dirección de Tránsito por acompañarnos (tenemos que ser agradecidos). Un momento de espiritualidad y contemplación que ayudó a los chicos a vivir esta Semana Santa. Por la tarde acompañamos a la Madre Dolorosa en procesión por las calles de nuestros Barrios. Un momento de intensa contemplación de los dolores de María, meditando en los dolores de nuestra sociedad.
La Vigilia Pascual nos encontró en una hermosa noche. Los signos de la Liturgia hablaron con gran elocuencia. Especialmente la Liturgia de la Palabra que se destacó por la variedad de lectores que ayudaron a darle brillo. Es día de Gloria y sigue siéndolo para todos nosotros. Nos acompañaron los Hermanos Héctor y Sebastián, Discípulos de Jesús, de la Comunidad de Santa Teresa, en Garín. Ellos nos ayudaron a darle gran solemnidad a los momentos litúrgicos. ¡Gracias, Hermanos!
Pero los jóvenes también participaron en los distintos momentos: en la preparación del templo, junto con otras personas; en los detalles tanto del Viernes Santo con el Via Crucis como en la Vigilia Pascual. Acolitaron Marcos y Edgardo, aparte de los Hermanos. El Martes Santo los chicos de Confirmación prepararon y rezaron el Via Crucis con nosotros. Están más arriba las fotos. Bien, chicos. Así se va edificando la Iglesia.
Qué lindo!! Cuántas fotos!!! Y cuánto detalle sobre las celebraciones!!! Y todo para el Señor, con tanto amor!!! Para corresponder a ese amor infinito e incomparable de Jesús, que dió hasta su última gota de sangre por mí, por todos!!!
ResponderBorrarGracias querida comunidad por habernos llenado de tanto cariño durante el tiempo que estuvimos en Campana. Damos gracias a Dios por habernos permitido conocer a esta hermosa comunidad parroquial, a su Sacerdote y al Instituto Religioso San Juan Bautista; y haber podido participar en ella en la construcción del Reino. Nos han dado mucho, en tan poco tiempo, los extrañamos y seguimos unidos en cada Eucaristía y en cada acción que realicemos para Jesús y la salvación de las almas.