PREPARACIÓN AL AÑO DE LA FE

El sábado pasado se realizó, en nuestra parroquia, la 1° Jornada de Formación y Reflexión como preparación al "Año de la Fe", propuesto por el Santo Padre.

 

Con un gran número de participantes, dio inicio el encuentro a las 9:30hs. como estaba previsto. El tema tratado por la mañana fue la
descripción del relativismo, hecho que influye decididamente en la sociedad y
en la Iglesia. Nuestro párroco describió rápidamente la
situación de la
Iglesia Católica en el mundo. Las dificultades presentes y el
influjo del relativismo en el seno de la Iglesia.

 

Por la tarde, Silvia Tévez dio una interesante
y muy comprensible síntesis de los temas que aborda la Carta Apostólica
"Porta Fidei" en la que el Papa nos convoca al Año de la fe. Para continuar, así, con la aprensión y reflexión de los objetivos que, Ss. Benedicto XVI, presenta para este tiempo, con respecto a la Fe cristiana.

 

Que, en un contexto tan difícil de nuestra sociedad actual, podamos llenar nuestra vida de Jesús y anunciar su Evangelio con entusiasmo. Descubriendo el gusto de la Palabra y de la Eucaristía. E intensificando el testimonio de la Caridad.

 

Luego de estas presentaciones (Silvia y Padre Joaquín), nos reunimos en diferentes grupos donde tuvimos un momento para confrontar nuestra vida de fe con la Palabrade Dios. Descubrir que todo en nuestro momento de la historia tiene que ser iluminado por la fe. Descubrir que como Comunidad necesitamos vivir y compartir la vida en todos los sentidos para ser sal y luz del mundo. Al finalizar se presentaron las distintas reflexiones y conclusiones por cada grupo.

 

Hubo lugar a la oración y alabanza; y el almuerzo compartido fue el momento de sabernos una familia que comparte la fe en todas las dimensiones de la vida. El logo del Año de la Fe presidió en cierto modo el
ambiente, en el cual la
Palabra de Dios resonó como el Papa Benedicto XVI espera que
ocurra este año en la
comunidad cristiana.

 

Jóvenes, niños y adultos, todos los que somos
Iglesia estamos llamados a vivir un año de gracia en el que renovaremos nuestra
Fe.

 

Para un discípulo de Jesús todo comienza y
termina en la Eucaristía. A los pies de Cristo, presente en el Altar, entregamos nuestro deseo de acrecentar nuestra Fe y ser verdaderos testigos del Espíritu Santo, que renueva todas las cosas.

Maestro, ¡aumenta nuestra fe!