lunes, 31 de diciembre de 2012

SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS



La liturgia de la Palabra de esta gran Solemnidad comienza con una bendición. En el libro de los Números está la bendición que por boca de Moisés recibió Aarón para dar a los israelitas. Esta gran bendición que proviene de los labios del Señor según las Escrituras es el marco de esta celebración de la maternidad divina de María.



La Carta a los Gálatas del Apóstol San Pablo extiende esta bendición a todos los hijos de Dios, a todos nosotros, por el hecho de mismo de la maternidad de María. Lo que era un deseo y bendición de palabra en el libro de los Números, ahora se ha convertido en una bendición de la Palabra en el Nuevo Testamento. San Pablo ve que la maternidad de María ha traido una bendición incomparable. Ya no como deseo, ni siquiera como el hecho mismo de la maternidad, sino porque cuando Dios se hizo hombre y quiso nacer como nacemos los hombres, introdujo la bendición en el seno mismo de nuestra humanidad. Jesús hombre es bendición divina porque es Dios. Y así, la naturaleza humana se ha hecho bendición divina. Una gran puerta ha quedado abierta.





Lo que los pastores de Belén que fueron al pesebre contaban tan entusiasmados y asombraba a María misma, generó una alegría y una conciencia de bendición que no tenía fin. María misma se dio cuenta de que su maternidad era el motivo del asombro. Tanto por el fruto como por la Madre. Por el fruto porque es Jesús, el Hijo de Dios vivo y hermano nuestro; por la madre porque de una mujer, una de nuestra raza, se concretó la obra de bendición divina. Es inseparable la unión entre la maternidad de María y el fruto de sus entrañas. Jesús no fue un ser extraño en el vientre de un vientre "sustituto". Sin que fue auténticamente hijo de esta Madre.



Lo que viene del Cielo ahora se revierte en bendición para siempre. En Cristo, nacido de María, cada vida humana toma su valor. Ya no valemos por una cuestión moral: si somos buenos o  malos. No valemos por una cuestión de derechos. Sino que valemos porque Dios no sólo nos creó sino que quiso entrar en el mundo por el vientre de una mujer. Quiso hacernos capaces de El. Cuando escuchamos que no podemos perdonar "porque no somos Dios", o nos damos permiso para decir algo condenatorio de alguna persona humana, ¿de dónde sacamos esas palabras o esos juicios? ¿Quién no es capaz de Dios si Dios se hizo hombre? ¿Si la maternidad de la mujer ha sido la forma en que llegó la salvación al mundo? ¡Salve, llena de Gracia, por siempre venerada! ¡Salve, vaso precioso que contuviste el tesoro más grande del Cielo!¡Salve, Madre de Dios y Madre Nuestra!

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